lunes, 20 de octubre de 2014

LA CALMA DESPUES DE LA TEMPESTAD ( Parte 3 de 3 )





De pie frente a ella de rodillas, quito su camisa, acercándole su miembro duro como roca, mientras ella con los labios entreabiertos esperaba poder consumirlo, probarlo, luego lo sostuvo frente a su boca, la distancia justa hasta donde ella apenas lo podía alcanzar, estiraba sus brazos y su torso y si apenas lo rozaba, alcanzo a estirar su lengua y tocarlo, El se acerco y dejo que ella lo consumiera poco a poco, solo lo sostenía para que ella le diera su ritmo, comenzó por saborearlo suave, losuccionaba, lo lamia lentamente, lo envolvía con su lengua húmeda y tibia, podía sentir las palpitaciones de sus venitas hinchadas de placer,  marcadas, lo rodeaba con sus labios, Jugueteaba con su frenillo y paseaba sus labios por todo el contorno de su prepucio, en ese instante El lo levanto acercándose para que ella pudiera besar sus testículos pesados, cargados; ella fijando su mirada en el reflejo de sus ojos, los succionó,  primero uno, luego el otro, estiraba su lengua y los humedecía completamente con su saliva, rozaba sus dientes por los pliegues de su entrepierna, hasta engullir completo cada uno de sus testículos. 

Era tal el placer que él tuvo que aferrarse de la columna fría, para mantener el control de su cuerpo, deseaba enterrarse hasta el fondo de su garganta, pero disfrutaba también de su pasión. Para tomar fuerzas, volvió a colocarle su miembro en la boca, esta vez se sujetó de su cabello, enredó sus manos en la trenza húmeda por el sudor de su espalda y de su pecho, empezó a embestirla, sentía como cada vez ella abría mas y mas la boca, permitiéndole sentir la humedad de su garganta, ligeras horcadas provocaban espasmos en su miembro, mientras la saliva le abrigaba por completo, sus muslos se salpicaban y gruesas y espesas gotas caían sobre sus pies, cada vez se aferraba más duro, y aceleraba el ritmo de sus embestidas, llegando al fondo. Ella lo miraba desde abajo, lo veía fascinado en su placer, con la sensación de estar en su boca, el respondía sus miradas aferrándose fuerte a su cabello, reflejándose en los ojos lagrimeantes de ella, ajustando su miembro en su garganta limitando su respiración, ella se consumía en ese delirio, en ese goce, dejaba que la pusiera donde quería, como quería, sentía como perdía el aire y buscaba alivio en su frenética respiración, en sus gemidos y gruñidos,  la alimentaban le daban aire, sentía como su nariz chocaba con la pelvis de su Amo, era un delirio, una delicia, tanto que sus caderas se contraían y se movían solas, era un vaivén al unísono mientras él embestía su boca. 

La miro fijamente. Sintió de repente como su miembro se contraía y un gutural sonido salió del fondo de su garganta mientras llenaba su boca con un chorro de su leche tibia y espesa, y su mirada se perdía en un vacío de placer, saco su miembro y bañó su cara, sus ojos, sus labios, su nariz, con un nuevo chorro de leche, ella abría la boca, capturando con su lengua su esencia, era él derritiéndose de placer sobre ella, gruesas gotas de su esencia caían por su pecho, rodaban por sus muslos, mientras ella experimentaba contracciones vaginales, estaba a punto de un orgasmo, pero no podía hacerlo
 “Mi Señor!!” imploró, pasando un trago largo, cerrando los ojos, aferrándose al placer que la dominaba, jadeaba mientras el escurría en su boca las últimas gotas de su néctar. El, aun jadeante por el clímax, tomo el consolador, colocándolo dentro de su sexo húmedo y viscoso, palpitante y ardiente, ella se estremeció, el plug hacia que sus piernas vibraran, sus caderas estaban envueltas en el placer, las sensaciones recorrían todo su cuerpo, su piel húmeda de sudor se contraía una y otra vez.


El inclinándose sobre ella la sujeto del cabello y apretaba sus labios cerca de los suyos, mientras ella desfallecía, suplicando  “Por Favor Mi Señor”, casi sin aliento, jadeante, entre gemidos frente a su boca, “Dámelo” susurro él , ella sin más sensación que la de liberar su cuerpo, se desato en un abismo de placer, olvido el mundo y gimió tan fuerte como pudo, aun así se quedaban cortos sus gritos para el placer que sentía, él la sujetaba fuerte, se perdía en su mirada, lagrimeante y húmeda como su sexo y su boca.  “Suyo Mi Señor, Todo lo mío es Suyo” susurro debilitándose, desplomándose, sujetada solo de la firmeza de las manos de su Amo, que poco a poco soltó su cabello, acariciándola, se acercó a ella, dejando que se recostara en su hombro, retiro el consolador y el plug, soltó las esposas y liberó sus brazos, masajeo sus muñecas, sus músculos adoloridos tensos y empapados de sudor como todo su cuerpo.
 

Habiéndola liberado, Ella reposo en sus piernas, se dejo caer,  suspiraba profundo para tratar de estabilizar su respiración recuperando el aliento, “Gracias Mi Señor” expiro mientras se abandonaba sobre su regazo, Podía sentirle  el pulso aun vibrante, la sangre hirviendo corriendo por sus venas, aunque le acariciara suavemente la piel desnuda y recorriera con delicadeza su figura.


La noche avanzaba mientras ellos se suspendían en el espacio y el tiempo, Una brisa fría entro por la ventana y cubrió los cuerpos sudorosos, estremeciéndolos mientras reposaban en el suelo, disfrutando de la calma que llega después de la tempestad.


jueves, 16 de octubre de 2014

SILENCIO


Hoy
El silencio pronuncia tus palabras
Susurra tu nombre y gime con tu voz

Hoy
El silencio se siente espeso como la niebla
Tiene ese olor frio y helado
Que invade las madrugadas
Que se filtra debajo de la piel haciendo estremecer el Alma

Hoy
El silencio es un grito desgarrador
Que hace eco en lo profundo de mi Corazón
 Es mi melodía
La banda sonora de mi tristeza

La lujuria y la perversión deambulan
Expectantes por tu llegada
Van De lado a lado  en mis pensamientos
Conteniéndose y esforzándose por no salir
Corriendo tras de ti
En la noche
Las sombras de los arboles
Dibujan siluetas en mi ventana recordándome tu figura
El aire frio que se cuela por debajo de la puerta
Me trae el recuerdo de tu aroma y de tu aliento
 
Todo a mi alrededor
Es ausencia, dolor, luto, silencio.
Mi piel atada y marcada por tus deseos
Es una imagen que se va desvaneciendo

Me aferro a tus palabras,
a tus pasiones
a tus intenciones,
A eso me aferro para sobrevivir

Probé del veneno de tus labios y la intensidad de tus caricias 
No puedo irme así como así y No me quiero ir

Quiero que seas mi vicio
Que te envicies de mi
Quiero que seas mi verdugo
Y que me dejes por una vez al menos
En tus brazos morir

Quiero todo contigo
Quiero todo de ti
Tus deseos, tus pasiones y perversiones



Quiero ir de tu mano
recorrer el infierno
Morir
Renacer
Una y otra vez

Pero TU ahora eres solo Silencio
Ese que pronuncia tus palabras
Susurra tu nombre y gime con tu voz
Ese frio, helado e insoportable silencio
Que invade poco a poco mi corazón

Entonces

Para olvidarte me hará falta
Sufrir un poco
Llorar, liberarse
Tomarme tiempo
Lanzarse al infierno
Arder, sufrir otro poco
Quemarse

Consumir en las llamas los deseos
Dejarse morir… volverse ceniza
Y resurgir, reconstruirse y renacer
Empezar de nuevo
Levantar la frente y
Aprender una vez más a caminar
Esta vez con tu eterno Recuerdo 



miércoles, 15 de octubre de 2014

"TU PEQUEÑA"

"Recuerdo de promesas rotas
 y de silenciosas partidas"


 Escúchala en mi voz

Dulce caballero de esbelta figura
angel sensible
observador silente desde su Altura

Has venido a sanar mi Alma
a cautivar mis sentidos
a curar mis heridas

Me acoges entre tus Brazos
me proteges
me llenas de flores y de valentía

Es tu voz pausada
tan tibia y tan serena
que aún en la distancia
puedo sentirte cerca

Yo, minuscula
Inocente
Avida de tus pasiones
Te observo y te escucho
presa de tus atenciones

Solo una plegaria
mi alma herida invoca
cuidame
cultivame
hazme florecer
convierteme en tu Rosa

"Siempre, Tu Pequeña"

martes, 14 de octubre de 2014

LA CALMA DESPUES DE LA TEMPESTAD ( Parte 2 de 3 )



Luego de contemplar cómo se apaciguaba su ansiedad, mientras se observaba a si misma frente al espejo El se acercó con la fusta, y rompiendo por completo la calma, azotó sus nalgas, ella se contrajo, lo hizo 5 ocasiones, de su boca entre-abierta, caía un hilo de saliva sobre la parafina fría de su pecho,  así que se detuvo para soltar el arnés de su cabeza, ella respiro profundo, tomando aire y fuerzas “Gracias Mi Señor” atino a balbucear, mientras El retomaba la fusta y daba nuevos azotes contra su pubis, ella contraía sus músculos cada vez que veía acercarse la fusta.  “Gracias Mi Señor” repetía mientras recuperaba el aliento. Rodeándola,  comenzó a azotar alternando sus muslos, vientre, abdomen y nalgas, ella y podía sentir por su entrepierna resbalarse la humedad que desataban tantas sensaciones. Cuando la hubo azotado unas 20 veces por todo el cuerpo, (ella perdió la cuenta, solo le agradecía) la sentía estremecida, las piernas le temblaban, se acercó con la mirada fija, poso su mano en la entrepierna, hundió sus dedos a lo profundo de su sexo y le sonrió al sentir sus manos envueltas en tas deliciosa humedad, le coloco un consolador en el centro de su placer, estimulada, se retorcía del goce que sentía, con la boca libre, gemía libremente, en cuanto la vio cerca del orgasmo retiro el consolador, ella sabía que no podía hacerlo… aún. 

Abrazándola abrió sus nalgas introduciendo un plug en su trasero, mientras acerco de nuevo  el aparato, la sujetó de la trenza, tiraba de la cuerda que ataba sus pezones y veía como se estremecía para él, en sus manos, era su placer verla entregada, escucharla gemir sin control, le repetía como implorándole “mi Amo, mi Señor” sentía que el orgasmo la poseía, el plug, vibraba por reflejo a los movimientos del consolador, la hacían estremecer,  pero tenía que contenerse, era una lucha interna entre sus placeres, sus demonios, los que el desataba. Llegado el momento le retiro el consolador, dejando el plug incrustado en su trasero.

Se arrodilló frente a ella y le quito las esposas de los tobillos, aflojo la cuerda que sujetaba sus brazos y la tomo de los hombros, empujándola hacia abajo para que se arrodillara, ella abrió las piernas temblorosas y un poco entumecidas, pasándolas a los lados de la columna, sus muslos se relajaron y ella podía percibir el olor de su cuerpo, de su vientre, era ese olor a hembra que a su Amo le encantaba y a ella le excitaba. Sentía como la cera fría formaba una capa completa sobre su piel, le gustaba el contraste del rojo de la parafina y piel blanca, en ese instante vio de cerca las marcas de la fusta en sus muslos y en su vientre, levanto la mirada y contemplo la virilidad de su Amo, aun con el pantalón negro puesto había soltado su correa y liberado su miembro erecto, surcado de venas, imponente, completamente impresionante, ella solo con verlo tenia la boca hecha agua, le embelesaba saber que esa erección era producto del deseo y placer que ella le provocaba, ansiosa buscaba Su mirada, le sonreía, mordía sus labios hambrientos y sedientos por consumir su piel.

viernes, 10 de octubre de 2014

LA CALMA DESPUES DE LA TEMPESTAD ( Parte 1 de 3 )




La noche se acercaba sigilosa por el final de la tarde, la penumbra lentamente abrazaba las luces del día,  Siempre, el atardecer ha sido seductor y lujurioso para ella. Caminaba de regreso a casa, delirios de ansiedad, sus labios y garganta se resecaban, sentía como sus caderas se deslizaban frotando su cuerpo contra las costuras bruscas del pantalón ajustado. Presentía algo diferente, su corazón brincaba y su sangre hervía recorriéndola toda. Mordía sus labios inconscientemente, era todo un mar de deseos, sentía la humedad brotar de su cuerpo y esconderse bajo los pliegues de su piel. Al entrar súbitamente en la habitación, estaba agitada y emocionada. Y allí estaba él, esperándola en su sillón, camisa blanca, pantalón negro, con esa impactante presencia que la intimidaba, lanzo una sonrisa cómplice mientras ella se abalanzaba besando sus manos y sus pies. 


Inmediatamente ella se desnudó, dejando puestos sus zapatos de tacón; se acerco a él con su collar, lo recibió, lo ajusto en su cuello, la tomo en sus brazos trenzando su cabello largo,  la colocó sobre el antebrazos del sillón, tomo el flogger y sin aviso comenzó a azotarla sobre sus caderas y otras partes de su piel, cada uno más fuerte que el anterior, su piel blanca se tornaba rojiza,  a cada azote se estremecía y jadeaba, apretaba sus puños y mordía sus labios. Sus manos firmes la sujetaron, trayendo sus brazos hacia atrás, el frio metal de unas esposas rodeo su muñeca, antes de asegurarla, la llevo junto a una columna de acero, estando allí hizo que abrazara de espaldas el frio metal y la aseguró. Tomó su trenza y tiro de ella hacia atrás, apretó sus labios, se acercó para que pudiera sentir su aliento y antes de besarla, la mordió, sujeto su labio inferior entre los dientes firme y fuerte, ella contuvo el grito mientras se estremecía. Al soltarla ella sintió como su labio palpitaba, casi ardía. Sacando un ball gag  de su bolsillo, ella sonrió, mientras aseguraba el arnés atrás de su cabeza le acarició los hombros desnudos, le rozaba el cuello, podía sentir como palpitaba, le separó las piernas, llevo una  mano a su sexo, viscoso, húmedo, caliente, palpitante. Al sentir la proximidad de sus dedos ella se estremeció intentando cerrar las piernas, lo que él impidió con sus muslos y apretándole fuerte. Tomo una cuerda fina y ató sus pezones, estaban duros y erectos, coloco una barra de metal con esposas en los extremos para cada tobillo. Ella seguía todos sus movimientos con la mirada, disfrutaba verlo como se consumía y se concentraba en ajustar cada cuerda, cada nudo, cada esposa, disfrutaba sentir como la inmovilizaba, se sentía segura en sus manos, estaba tranquila, y disfrutaba sentirse dispuesta y expuesta para su placer. 


De pronto, él se ausento y regresó con un par de velas rojas sobre un candelabro antiguo, Instintivamente su corazón dio un brinco y su respiración se agito, contrajo su vientre, tratando de mantener el aliento, su saliva brotando  por las comisuras de la boca y mojaba sus senos atados, él se acercó mirándola fijamente, sentía su ansiedad, sus piernas temblorosas y el palpitar de su corazón era evidente en su pecho.  Acerco la vela, viendo  como ella contenía la respiración, y mantenía quieto el cuerpo, y la inclino sobre su seno derecho, un gemido se ahogó en su garganta, sus ojos se cerraron y por un instante se detuvo su respiración; la parafina se deslizaba enfriándose  sobre la pálida piel, fue al seno izquierdo y repitió la operación, esta vez sintió como sus nalgas se contrajeron y sus piernas se doblegaron, en cuanto ella  recuperaba el aliento, repetía una y otra vez en áreas diferentes de los senos, en su pecho. Ella se estremecía y sus gemidos ahogados eran cada vez más profundos, el perfilaba con la cera la silueta de sus senos, a ella le encantaba, lo miraba por momentos consumido en el placer de dibujar sobre su piel, era su delirio, verlo entregado a su placer. 



Alejándose él dejo que recuperara el aliento, mientras, ubicó frente a ella un espejo cuerpo completo para que se observara. Alucinada con la imagen, ella se observaba como fuera de sí, desde otro cuerpo, veía como el sudor perlaba su frente, sentía su cuerpo arder, y en su pecho, una marca de cera roja contrastaba perfecto con lo blanco de sus senos, parcialmente bañados y su vientre salpicado vagamente, era hermoso, sus ojos lagrimeantes de placer y emoción, estaban envueltos en el cuadro, él desde el otro lado del salón, feliz la observaba.

Continúa...